(Carta II, Cartas literarias a una mujer, Gustavo Adolfo Bécquer)
En Los hilos esparcidos sobre la tierra, Inma de Pando hace suya la herida, memoria viva, porque, como llega a decir, "yo, /os debo algo", a los que llega a llamar "los hermosos soñadores de futuro".
La poeta emprende, bajo un sentimiento de amorosa entrega, la búsqueda de un futuro "a destiempo" que hoy yace bajo el pasado, y que irá recogiendo hilo a hilo en cada pequeña, pero no menos desgarradora historia para ir volviéndolo a enebrar poco a poco hasta lograr recomponerlo en sus versos.
Dice Luis Miguel León, en el prólogo a Los hilos esparcidos sobre la tierra, que "si tuviera que elegir entre memoria y silencio, no tendría dudas: elegiría la palabra".
Si me lo permiten, me quedo con el sentimiento.
Guillermo Dreus