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lunes, 23 de diciembre de 2013
martes, 5 de noviembre de 2013
Nueva Grecia nº4 - Otoño 2013
Hoy
día 4 de noviembre se conmemora el 50 aniversario del fallecimiento
de
Isaac
del Vando Villar
En
la mañana de hoy el consejo de redacción de Nueva Grecia, en un
sencillo e íntimo acto, ha depositado en la tumba que conserva sus
restos -Cementerio de San Fernando de Sevilla, C/ San Andrés 19- una
ofrenda floral en honra a su memoria.
Aprovechando
la efeméride publicamos
Nueva
Grecia nº4 - Otoño 2013
dedicado
a la memoria del mismo al nombrarlo
Director
Honorífico
El
próximo 8 de
noviembre, a partir de
las 19h 30m,
celebraremos una lectura en su memoria en la calle Amparo,
20, Sevilla.
Lugar en el que estuvo ubicada la redacción de la revista ultraista
Grecia,
y de la que fue su director Isaac
del Vando Villar.
Recordada por el azulejo conmemorativo que el señero colectivo
poético Gallo de
vidrio y la Asociación
de vecinos Alameda
impulsaron para su colocación. Se leerán poemas de su obra La
sombrilla japonesa.
Así mismo, el
día 8 de noviembre,
a partir de las 19h, en
la Librería Un gato en bicicleta,
C/ Regina 8A, Sevilla, será
presentado el número 4
de Nueva Grecia, revista de literatura. Posteriormente
nos desplazaremos a la calle Amparo nº20 con el objetivo señalado
en el párrafo anterior.
El
Consejo de redacción de Nueva Grecia,
te invita a compartir, disfrutar y departir de esta interesante
jornada. Tras el acto se ofrecerá unaa copa de vino y, así,
concelebrar el encuentro que siempre significa la literatura y el
arte. De esta manera, propiciamos la interacción y el conocimiento
de los propios autores y lectores, contrarrestando con ello la
coyuntura cibernética de la revista con la presencia física de los
verdaderos y únicos protagonistas, entre ellos tú.
ISSN
2255-0577
TWITTER
@NuevaGrecia
FACEBOOK
http://es-es.facebook.com/nueva.grecia.1
URL
www.issuu.com/revistanuevagrecia
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revistanuevagrecia@gmail.com
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viernes, 18 de octubre de 2013
El hábitat de la palabra. Ciclos de Literatura viva
Día 23 de octubre, miércoles, 20h, librería Especies de espacios,
C/ Rosario Vega, 8, Triana, Sevilla.
Los poetas Mario Álvarez Porro y Marta Domínguez Alonso inauguran
El hábitat de la palabra. Ciclos de Literatura viva.
Entrada libre y gratuita.
sábado, 1 de junio de 2013
Poesías de Mario Álvarez Porro en HEREDEROS DEL KAOS revista de creación artística y literaria
HEREDEROS DEL KAOS, revista de creación artística y literaria, publica como colaboración una serie de poemas de Mario Álvarez Porro correspondientes a Negociando el dolor y
La palabra en llamas.
La palabra en llamas.
martes, 16 de abril de 2013
Presentación de La palabra en llamas en la Feria del Libro de Granada 20/04/2013
Presentación de La palabra en llamas
Mario Álvarez Porro
20 de Abril 2013
Hora: 13 horas
Hora: 13 horas
Lugar: Edificio Zaida de la Fundación Caja Rural de Granada
martes, 2 de abril de 2013
Nueva Grecia nº 2 - Primavera 2013
El
próximo 3 de ABRIL,
a partir de las 20 horas,
en la
Librería Un gato en
bicicleta,
C/ Regina 8A, Sevilla,
será presentado el primer número de Nueva
Grecia, revista de literatura,
de carácter trimestral y en formato digital.
Tras
el acto se ofrecerá un sencillo ágape y, así, concelebrar el
encuentro que siempre significa la literatura y el arte.
Nueva
Grecia, revista de literatura,
retoma el impulso de la que a principios del siglo XX se editó en
nuestra ciudad, Grecia,
de la que fue fundador y director Isaac
del Vando Villar y
formó parte del consejo de redacción Rafael
Cansinos Assens.
Nueva
Grecia nº 2 – Primavera 2013
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viernes, 29 de marzo de 2013
El sentido inexacto
Pedro Luis Ibáñez Lérida (Desde España. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)
http://cultural.argenpress.info/2013/02/el-sentido-inexacto.html
"Detrás de cualquier suma hay una resta, / hay un pasado, / tantas orugas con agujas / que tejen y destejen lo mismo cada vez". La condición humana es humo. Como lo son sus manifestaciones, entre ellas la literatura. El poeta Carlos Marzal apunta, "Un poema, un cuento, una novela -condiferentes grados de desaparición- queman su cuerpo mientras construyen su corporalidad. Lo que queda de un texto en nosostros, después de haberlo leído, es el recuerdo de lo que el texto fue. El eco lejano de su música. Estamos condenados a tratar con humo, por muchos humos que nos demos". Los versos de Flavia Company apuran esta emoción que nos descubre la futilidad de nuestro mundo. Y, con él, la concerniente a propia literatura. Tener la conciencia de ese estado de cosas o mejor, ser consciente de cuánto no es trascendente, es la invocación al sentido inexacto de nuestras especulaciones. Vicente Verdú al reflexionar sobre la arquitectura señala que, "En estos últimos años han dominado las fachadas atractivas sobre los interiores bienhechores y, con ello, una lista de celebrados arquitectos han dado el pego fotografiando, en revistas de lujo, el cutis de sus obras. La practica parecía coherente con la importancia de la apariencia y la buena pinta". A la permeabilidad de tanta fruslería no es inmune la creación literaria. El fenómeno mediático configura la derrota marina de esta singladura hacia la trivialidad. Los escapartes se llenan de novedades que dejan translucir ese humo que la brisa difuminara en el aire.
"Como ciertas músicas / el poema hace cantar al silencio". La percepción de la inexactitud es coincidente con el halo que la acompaña. Las certezas no atienden al criterio libérrimo de la expresión. Son el principio del fin. Concitar la duda es como la entrada a una cueva ignota. La ardiente tea va cediendo la pesada oscuridad. Pero mientras avanzamos, aquélla cierra sus fauces sobre nosotros. Estamos rodeados de oscuridad. El sentido y dirección de la luz se halla en la genésis de su contraria naturaleza. Eugéne Gullevic blande el decir y sentir del impulso que conmueve para dejarnos ausentes y desprotegidos. La literatura nos revierte en la profunda sima de la incertidumbre. Continúa el poeta frances, "Las palabras son espadas / Contra las tripas de las brumas". Son haces de transparencia, mandobles de golpe desacertado que osan rivalizar con la propia vida. La escritura es también la propia vida que nos empuja como un lobo perseguido. En esa huida, la oportunidad de perder el rastro de sus perseguidores y elegir la senda menos transitada: remover los anaqueles hasta tomar el título que nos invite a lo desconocido, a lo pendiente por descubrir. La agraz textura que difiera de la suave, tersa y convencional. La palabra que no se digiere por que reposa en el velo del paladar y cuyo regusto se hace presente una y otra vez.
"Bienaventurado aquél / que elige por sus heridas / no sus heridas por él". Quizás porque, como diría Sthendal: "He puesto mi felicidad en estar triste". El sentir contradictorio que cautiva por su dimensión emocional y estoica. Mario Álvarez Porro nos habla en su reciente poemario de "La palabra en llamas". El dominio de una expresión exiliada por su propio principio benefactor. La ciudad se alza como exorno de la calcinación, "ya no quedan lugares de acogida / en esta tierra de nadie / donde avivar el relámpago / y dominar la tormenta / sólo palabra solidificada / erosión de la luz / atrapada en el tiempo / a palabra perpetua / ya no queda ni la nada". La sólida palabra del poeta sevillano no abunda en la resiliencia. No se sale más fuerte ni poderoso de los embates. Se sale distinto. Como el guante es tomado por la mano. Y es otra. Revestida de otro manto. A la palabra se le puede untar afeites, pero la madrugada es corta y las ojeras aparecen. La escritura posee la pesada carga y el liviano objeto, "algo tiembla bajo el latir del ala / que vuelve volatil lo mineral".
Tras 28 años de estancia en la senda silenciosa, el naufragio de la palabra arroja sus enseres a la playa calmada y rectilínea, en la que se aprecia cualquier detalle. Entre ellos, semienterrado y las páginas como manos anunciadoras, agitadas suavemente por la brisa marina, retorna Un invierno llevadero, de Jesús Tortajada. "Ya sé, de más, que si existiera Bécquer / tú no estarías conmigo (con la helada / tan dura que este año está cayendo)". Señalan los jóvenes editores en la nota que incluyen en esta nueva edición:"Una obra a la que afluye el don de la levedad para redimirnos de cualquier síntoma de presuntuosidad. La vocecita de la tarde que nos apremia, en la feraz soledad, a desapegarnos de lo fútil y reposar en lo discreto y enunciador, que sólo corresponde al valioso hallazgo de lo innombrable. En ese territorio proscrito reside el silencio (...)" La ciudad evocadora de Ocnos, que es paisaje natal y existencial de este otro poeta hispalense, descansa en la evocación de aquél -Luis Cernuda- que murió en el exilio mejicano hace cincuenta años, "Desde el balcón, hoy luz para el recuerdo, / en tus ojos de mármol atardece / (...) A través del mar sólo, / mientras paso las olas, / tus páginas, pensando / que vuelvo a la ventana, / siempre luz del recuerdo". En la escritura no existe la pureza. La acción y la pulsión hurgan en terra ignota. El sentido inexacto es reconocer el extravío que habitamos y con el que convivimos.
http://cultural.argenpress.info/2013/02/el-sentido-inexacto.html
"Detrás de cualquier suma hay una resta, / hay un pasado, / tantas orugas con agujas / que tejen y destejen lo mismo cada vez". La condición humana es humo. Como lo son sus manifestaciones, entre ellas la literatura. El poeta Carlos Marzal apunta, "Un poema, un cuento, una novela -condiferentes grados de desaparición- queman su cuerpo mientras construyen su corporalidad. Lo que queda de un texto en nosostros, después de haberlo leído, es el recuerdo de lo que el texto fue. El eco lejano de su música. Estamos condenados a tratar con humo, por muchos humos que nos demos". Los versos de Flavia Company apuran esta emoción que nos descubre la futilidad de nuestro mundo. Y, con él, la concerniente a propia literatura. Tener la conciencia de ese estado de cosas o mejor, ser consciente de cuánto no es trascendente, es la invocación al sentido inexacto de nuestras especulaciones. Vicente Verdú al reflexionar sobre la arquitectura señala que, "En estos últimos años han dominado las fachadas atractivas sobre los interiores bienhechores y, con ello, una lista de celebrados arquitectos han dado el pego fotografiando, en revistas de lujo, el cutis de sus obras. La practica parecía coherente con la importancia de la apariencia y la buena pinta". A la permeabilidad de tanta fruslería no es inmune la creación literaria. El fenómeno mediático configura la derrota marina de esta singladura hacia la trivialidad. Los escapartes se llenan de novedades que dejan translucir ese humo que la brisa difuminara en el aire.
"Como ciertas músicas / el poema hace cantar al silencio". La percepción de la inexactitud es coincidente con el halo que la acompaña. Las certezas no atienden al criterio libérrimo de la expresión. Son el principio del fin. Concitar la duda es como la entrada a una cueva ignota. La ardiente tea va cediendo la pesada oscuridad. Pero mientras avanzamos, aquélla cierra sus fauces sobre nosotros. Estamos rodeados de oscuridad. El sentido y dirección de la luz se halla en la genésis de su contraria naturaleza. Eugéne Gullevic blande el decir y sentir del impulso que conmueve para dejarnos ausentes y desprotegidos. La literatura nos revierte en la profunda sima de la incertidumbre. Continúa el poeta frances, "Las palabras son espadas / Contra las tripas de las brumas". Son haces de transparencia, mandobles de golpe desacertado que osan rivalizar con la propia vida. La escritura es también la propia vida que nos empuja como un lobo perseguido. En esa huida, la oportunidad de perder el rastro de sus perseguidores y elegir la senda menos transitada: remover los anaqueles hasta tomar el título que nos invite a lo desconocido, a lo pendiente por descubrir. La agraz textura que difiera de la suave, tersa y convencional. La palabra que no se digiere por que reposa en el velo del paladar y cuyo regusto se hace presente una y otra vez.
"Bienaventurado aquél / que elige por sus heridas / no sus heridas por él". Quizás porque, como diría Sthendal: "He puesto mi felicidad en estar triste". El sentir contradictorio que cautiva por su dimensión emocional y estoica. Mario Álvarez Porro nos habla en su reciente poemario de "La palabra en llamas". El dominio de una expresión exiliada por su propio principio benefactor. La ciudad se alza como exorno de la calcinación, "ya no quedan lugares de acogida / en esta tierra de nadie / donde avivar el relámpago / y dominar la tormenta / sólo palabra solidificada / erosión de la luz / atrapada en el tiempo / a palabra perpetua / ya no queda ni la nada". La sólida palabra del poeta sevillano no abunda en la resiliencia. No se sale más fuerte ni poderoso de los embates. Se sale distinto. Como el guante es tomado por la mano. Y es otra. Revestida de otro manto. A la palabra se le puede untar afeites, pero la madrugada es corta y las ojeras aparecen. La escritura posee la pesada carga y el liviano objeto, "algo tiembla bajo el latir del ala / que vuelve volatil lo mineral".
Tras 28 años de estancia en la senda silenciosa, el naufragio de la palabra arroja sus enseres a la playa calmada y rectilínea, en la que se aprecia cualquier detalle. Entre ellos, semienterrado y las páginas como manos anunciadoras, agitadas suavemente por la brisa marina, retorna Un invierno llevadero, de Jesús Tortajada. "Ya sé, de más, que si existiera Bécquer / tú no estarías conmigo (con la helada / tan dura que este año está cayendo)". Señalan los jóvenes editores en la nota que incluyen en esta nueva edición:"Una obra a la que afluye el don de la levedad para redimirnos de cualquier síntoma de presuntuosidad. La vocecita de la tarde que nos apremia, en la feraz soledad, a desapegarnos de lo fútil y reposar en lo discreto y enunciador, que sólo corresponde al valioso hallazgo de lo innombrable. En ese territorio proscrito reside el silencio (...)" La ciudad evocadora de Ocnos, que es paisaje natal y existencial de este otro poeta hispalense, descansa en la evocación de aquél -Luis Cernuda- que murió en el exilio mejicano hace cincuenta años, "Desde el balcón, hoy luz para el recuerdo, / en tus ojos de mármol atardece / (...) A través del mar sólo, / mientras paso las olas, / tus páginas, pensando / que vuelvo a la ventana, / siempre luz del recuerdo". En la escritura no existe la pureza. La acción y la pulsión hurgan en terra ignota. El sentido inexacto es reconocer el extravío que habitamos y con el que convivimos.
jueves, 14 de febrero de 2013
Próximamente: La palabra en llamas
Próximamente: La palabra en llamas
La palabra en llamas
Mario Álvarez Porro
Mario Álvarez Porro
Mario Álvarez Porro, (Sevilla, 1977), poeta paciente, licenciado en Filología Hispánica, tras colaborar en diversas publicaciones literarias dentro del ámbito educativo, aparece incluido en la antología, Caleidoscopio (ed. Padillalibros, Sevilla, 1997).
En 2011 publica su primer poemario, Negociando el dolor (Ediciones en Huida, Sevilla).
Posteriormente, ha sido incluido en el Especial poesía andaluza, publicado por la revista digital En sentido figurado (edit. José Gutiérrez Llama, México, año IV, nº 5, Julio-agosto 2011).
La palabra en llamas (Ediciones En Huida, 2013), es su segunda obra en solitario y en ella ahonda más profundamente en la búsqueda formal y en los temas iniciados en Negociando el dolor (el ser y la existencia, la ciudad como espacio sobremodernista, el dolor como sentimiento trascendente e inmanente a nosotros, la naturaleza divina de la palabra poética y su capacidad de salvación, etc). Siempre desde la honestidad y el compromiso con su obra, con su ser y con el lector.
Una obra que consolida y profundiza la senda abierta. Camino emprendido sin posible vuelta atrás.
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